domingo, 25 de noviembre de 2012

Jonas y la ballena





Elíseo fue un gran profeta, tal como lo fue Jonás, quien primero tuvo que recibir un castigo para rectificar sus pasos.

Elegido como profeta, Yavé le ordenó visitar Nínive, pues el pueblo había caído en pecado y debía arrepentirse. Pero Jonás desobedeció a Dios y tomó un barco con otro destino.

Estando la nave de Jonás en alta mar  Yavé desató su ira con una terrible tormenta. Cundió el miedo, pero él permanecía en silencio, intuyendo que se trataba de un castigo divino. Entonces Pidió que lo arrojaran al mar si querían salvarse. Así fue, siendo devorado, sin sufrir daño alguno, por una ballena.

Jonás vivió allí tres días y tres noches, oró todo el tiempo y la ballena 'o dejó en una playa. Entonces viajó a Nínive.








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